El desprendimiento de placenta es una afección médica en la que la placenta o el cordón umbilical no pueden salir completamente del canal de parto. Esta es una condición extremadamente peligrosa y si no se trata puede ser fatal tanto para la madre como para el niño. Hay dos formas de prevenir el desprendimiento de placenta y este artículo explorará esas opciones.

El desprendimiento de placenta puede ser causado por una multitud de factores

Un factor que causa desprendimiento de placenta es la presentación de nalgas. Si su bebé nace con un canal de parto en forma de "A", lo más probable es que cause esta afección. Otras posibles causas incluyen problemas estructurales con la sala de partos, como un acceso deficiente o paredes irregulares y una posición anormal de la placenta.

Si el cordón placentario o la placenta aún no ha salido del canal de parto cuando debería, aún puede dar a luz al bebé de forma natural. Este método, llamado cesárea, es el único método conocido que puede mantener el cordón placentario y todo el cuerpo del feto fuera del canal de parto. Para extraer el cordón y al niño, los médicos tienen que cortar el cordón umbilical y quitar el tejido restante junto con la placenta. El método más común para extirpar la placenta es insertar un laparoscopio a través del canal del parto hasta la cavidad abdominal. Luego, el médico usa un estetoscopio para escuchar la placenta, tomando nota de cualquier irregularidad que pueda necesitar más atención.

Aunque este método de parto es el menos riesgoso de las dos opciones de parto natural, conlleva sus propios riesgos. Debido a que implica cortar la placenta, existe una mayor probabilidad de que la placenta se rompa durante el parto. Algunas mujeres informan haber escuchado un sonido "eléctrico", que es otra indicación de que su placenta podría estar rompiéndose.

Cuando una placenta se daña demasiado, puede provocar una infección, cicatrices y otras complicaciones en la vida del bebé. También es muy importante asegurarse de que la placenta se extraiga al final del embarazo, ya que es posible que no haya tiempo suficiente para extraerla durante el trabajo de parto y el parto.

Otra forma de prevenir el desprendimiento de placenta es usar ciertos medicamentos que se administran a las mujeres embarazadas antes, durante y después del parto. Estos medicamentos ayudan a mejorar la circulación sanguínea, lo que evita que la sangre se coagule dentro del útero. Además, estos medicamentos aumentan el suministro de oxígeno y reducen la posibilidad de infección. Esta es otra razón por la que muchas mujeres optan por tener un parto natural.

Uno de los medicamentos más comunes que se usan para tratar el desprendimiento de placenta es la ampicilina, que se toma en forma de tabletas. Si la placenta ya se ha roto, también se puede usar ampicilina para detener el sangrado al dar a luz al bebé.

Si su médico recomienda una intervención médica para prevenir el desprendimiento de placenta, lo primero que debe hacer es consultar con su médico. Pueden recomendarle una o una combinación de estas dos opciones. El tratamiento recomendado más comúnmente es una cesárea. Sin embargo, también pueden recomendar un parto natural, que puede ser un parto seguro y suave.

Aunque hay riesgos de tener una cesárea, todavía se considera un método seguro de parto. Los médicos recomiendan que las mujeres con este tipo de parto esperen para someterse a una cesárea hasta que el trabajo de parto avance aproximadamente a cuatro o cinco semanas desde el inicio del embarazo. En este punto, su cuello uterino debe estar dilatado y su cuello uterino puede abrirse para que el bebé pueda ingresar al canal de parto. Una vez que el bebé esté adentro, podrá moverse libremente, lo que dificultará que su cuerpo empuje al bebé hacia el otro lado si su cuello uterino permanece abierto.

Si el bebé empuja demasiado, el bebé puede terminar en sus trompas de Falopio

Con un parto natural, no tendrá que preocuparse por los riesgos asociados con una cesárea y puede elegir el método que mejor se adapte a sus necesidades. También existen algunos riesgos asociados con este método, como infecciones y cicatrices. Se recomienda que si su médico sugiere esta opción, se asegure de informar a su médico antes de comenzar el plan de parto natural.

Debido a que ambos métodos de parto natural pueden ser peligrosos, debe hablar con su médico antes de comenzar el proceso para determinar cuál es el adecuado para usted. Si está teniendo un parto natural, también debe pedirle consejo a su médico sobre las formas de evitar las complicaciones que pueden ocurrir durante el parto. Muchas mujeres descubren que beber muchos líquidos antes, durante y después del parto puede ayudar a prevenir cualquier infección, lo que puede ayudarla a minimizar el riesgo de desprendimiento de placenta.

Algunas mujeres también han descubierto que cambiar de posición, como acostarse boca arriba durante la cesárea y realizar maniobras cesáreas para sacar al bebé, puede ayudar a evitar el desprendimiento de placenta. Incluso puede intentar hacer ejercicio antes, durante y después del nacimiento de su hijo para aumentar sus posibilidades de evitar complicaciones. Otras mujeres han descubierto que el ejercicio y las técnicas de relajación, como la respiración profunda, son muy útiles para evitar un desprendimiento.

Por Valeria Rodríguez

Se graduó de la Universidad de Monterrey en 2015. Trabaja como nutricionista desde 2016 en la Ciudad de México. Es un experto en el campo de varios suplementos dietéticos y productos para la salud.

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